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Pálfai (1992), utilizando su indicador de aridez
(PAI), analizó las condiciones climáticas
que provocan la sequía en la cuenca de los Cárpatos,
y descubrió que en 1990 (uno de los años
más secos en la región) la sequía
se extendió por todas las áreas de llanura
y de colinas de dicha cuenca.
Los
valores más altos del Indicador de Aridez de
Pálfai (superiores a 12), que marcan el grado
máximo de sequía, se registraron en tres
zonas extensas de la Gran Llanura húngara, a
lo largo del río Tisza, y, en menor medida, en
la región denominada Mezoség, en Rumanía.
Valores similares a los de la Gran Llanura, también
se observaron en la llamada Pequeña Llanura,
a lo largo del tramo del Danubio, compartido entre Hungría
y Eslovaquia. Los daños causados por los períodos
de sequía se han estimado, solamente en Hungría,
en el año 1990, en unos 50.000 Mill.HUFs (forints
húngaros), equivalentes a unos 640 Mill.US $.
Indicador de Aridez en Hungría
Los
valores medios multianuales del PAI se obtuvieron de
las series de datos de 1931 a 1990 en Hungría,
resultando que la zona más seca de la región
de los Cárpatos se localiza en este país,
en la parte central de la Gran Llanura, principalmente
en el valle del río Tisza, y en algunas áreas
pertenecientes a países vecinos.
Se
ha puesto de manifiesto que hubo cuatro años
extremadamente secos en el período 1891-1990,
que fueron, 1904, 1935, 1952 y 1990. En el Valle del
Tisza, 30 de cada cien años resultaron ser claramente
secos, y produjeron sequías muy intensas. |
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La
distribución temporal de los años de sequía
fue irregular; a menudo se producía un periodo
de sequía que duraba tres años (por ejemplo
de 1921 a 1923 y de 1945 a 1947), aun cuando, a veces,
una nueva época de sequía se veía
precedida por diez años lluviosos.
El
intervalo de tiempo entre sequías muy intensas
era, por lo general, corto (1950 y 1952), aun cuando
otras veces ha sido mucho más largo (1952 y 1990).
De todas formas, las investigaciones realizadas con
series de más de 100 años no indican cambios
graduales en la aparición de sequías.
Por
lo que respecta a la tendencia para el futuro, el análisis
de los datos climáticos observados en una serie
larga de años, en Hungría, demuestra que
las precipitaciones y el contenido medio de humedad
del suelo tienden a disminuir de forma significativa.
Al
mismo tiempo, se ha observado un aumento de la frecuencia
de las sequías, sobre todo durante las dos últimas
décadas. Entre otros investigadores, Nemes (1990
y 1994) ha destacado que, entre 1881 y la actualidad.
el período más seco en Hungría
ha sido el último decenio. En especial, las precipitaciones
de invierno y primavera muestran una clara tendencia
descendente, con el consiguiente peligro para la humedad
del subsuelo y para los niveles freáticos.
También
se ha observado un descenso muy peligroso en las series
de la relación entre valores anuales de precipitación
y evapotranspiración potencial (P/ETp); de acuerdo
con cuya relación el territorio húngaro
podría ser clasificado como "país
afectado por la sequía" según el
término del la Convención para Combatir
la Desertización y la Sequía de las Naciones
Unidas.
Estudios en Yugoslavia
Dragovic
(1997) expone que, también en el territorio de
Yugoslavia, las sequías siempre han sido algo
frecuente. Analizando el periodo comprendido entre la
gran migración hasta mediados del siglo XX, Marjanov
(1973) descubrió en unos documentos antiguos
que durante el periodo comprendido entre loa años
898 y 1865 hubo 83 años de extrema sequía
y sólo nueve años favorables.
Stojsic
(1994) expone que en el intervalo de 1000 años
se sucedieron numerosos periodos secos, aunque sólo
unos pocos quedasen registrados. Este último
subraya que los documentos antiguos sólo mencionan
ejemplos aislados, que no ofrecen una información
fiable sobre la frecuencia de las sequías.
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Ofrece
ejemplos del año 1147 cuando los sacerdotes distribuían
comida entre la población para aliviar el hambre,
y otro ejemplo de 1271 cuando grandes grupos de personas
morían por causa del hambre. |
Asímismo
el periodo de 1773-1774 es digno de mención por
su gran sequía que hizo descender el caudal de
los ríos hasta el punto de que el Danubio se
llegó a poder cruzarlo a pie.
Los
resultados de un análisis de las precipitaciones
registradas en Novi Sad, durante el período 1923/24
- 1995/96 (73 años), y su distribución
por años hidrológicos, realizado para
la provincia de Vojvodina muestra que el año
hidrológico más seco fue el de 1942/43,
mientras que los años 1989/90, 1951/52, 1970/71
y 1991/92, fueron extremadamente secos (Dragovic, 1997).
Estos
años marcaron momentos culminantes, es decir,
fueron el inicio o el fin de una serie de años
secos. Por ejemplo, 1989/90 fue el último año
de una década en la que la precipitación
osciló entre 461 y 639 mm. El año 1951/52
supone el final de un periodo de seis años (444-657
mm) en el que, en tres años, se registraron precipitaciones
totales por debajo de 500 mm.
Los
inviernos secos afectan a la aparición e intensidad
de las sequías de manera diferente. Su efecto
negativo es más intenso cuando se producen dentro
de un periodo de años secos, en el que la falta
de lluvias durante el invierno agota aún más
la ya escasa humedad del suelo. En las condiciones de
Yugoslavia y de otras áreas colindantes, las
precipitaciones mínimas en invierno son de 105
mm (1971/72), con máximas de 438 mm (1955/56),
y medias de 264 mm. En los diez años objeto de
la investigación las lluvias invernales llegaron
a 184 mm, con una media de 144 mm, lo que está
por debajo de la media general.
Un
caso más frecuente de sequía es cuando
las precipitaciones son insuficientes durante el período
de crecimiento de las plantas. En este sentido son de
destacar los años 1928, 1971 y 1962 por la escasez
de lluvias durante el verano, lo que redujo proporcionalmente
las cosechas.
En
el período vegetativo del año 1950 se
produjo una gran sequía (208 mm), debido a que
en los cinco años hidrológicos anteriores
los niveles de precipitación se situaron por
debajo de la media. Aun más, Jovanovic y Popovic
(1997) llegaron a la conclusión de que todos
los años se produce en Yugoslavia una sequía
que dura entre 25,9 y 46,4 días. |
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La
distribución de las precipitaciones es otro factor
importante que determina la aparición de una
sequía durante el período vegetativo.
En verano, por lo general, las precipitaciones se producen
en forma de tormentas, lo que proporciona a las plantas
un pequeño porcentaje de la lluvia útil.
En los últimos tiempos, en Yugoslavia, ha habido
precipitaciones escasas, y sequías intensas en
1988, 1990 y 1992.
Sin
embargo, cuando la sequía se considera desde
el punto de vista de las precipitaciones, la mayoría
de los años comprendidos entre 1983 y 1993 fueron
secos porque la forma predominante de las precipitación
fue de chubascos tormentosos durante los meses de mayo,
junio y julio. En 1997 Spasova et al llegaron a la conclusión
de que, en Yugoslavia, 12 años, de los 16 posteriores
a 1980, se registraron como secos.
Las
precipitaciones medias registradas en 10 series de tres
años hidrológicos consecutivos cada una,
con lluvias mínimas, en el periodo 1924-1996,
muestran que el valor medio de las precipitaciones máximas
fue de 520 mm (1989/90 - 1991/92), de 465 mm la media
de las mínimas (1987/88 - 1989/90) y de 500 mm
la media de las medias, con una relación de máxima/mínima
en el período considerado de 1,6.
El
análisis de las lluvias caídas por año
hidrológico, estaciones y meses durante el periodo
1967/68 - 1995/96 en el este de Yugoslavia (estación
meteorológica de Zajecar) muestran que las cantidades
medias registradas durante el período vegetativo
fueron de 592 mm, y de 266 mm, en el invierno. Analizado
los datos de los 10 años hidrológicos
con precipitaciones más bajas, se observa que
en ocho años los mínimos de lluvia se
producen en la época de desarrollo vegetativo
y en siete años durante el invierno. Las lluvias
totales caídas durante los periodos de vegetación
de estos 10 años arrojan una media de 243 mm,
con una mínima de 170 mm y una máxima
de 281 mm, mientras que las cifras correspondientes
a los periodos invernales de estos 10 años fueron
de 199, 149 y 234 mm, respectivamente.
La
sequía es especialmente perjudicial para la agricultura
cuando se produce en series de tres años o más.
Dado que los períodos secos de tres años
son muy frecuentes, los datos del intervalo 1924-1996
reflejan que durante estos años, en la zona oriental
de Yugoslavia (estación meteorológica
de Zajecar), se produjeron 10 períodos secos
de tres años cada uno.
Conclusiones
de Stojsic y Skoric
Según Stojsic y Skoric (1997) la sequía
de un año, o de una serie de años, se
produce ocasionalmente y, como consecuencia, los daños
para la producción agraria son de gran magnitud.
Algunos años (1928, 1951, 1990, 1992, etc.) la
sequía, no sólo fue muy perjudicial para
determinados cultivos, sino que convirtió en
árida a toda la llanura Panónica, o a
una gran parte de la misma.
Además
de la cantidad anual de lluvias y de su distribución,
las altas temperaturas, es decir, el número de
días con temperaturas tropicales altas, superiores
a los 30º C, determinan la intensidad y consecuencias
de la sequía. En el este de Yugoslavia, en donde
las sequías se producen de manera frecuente e
intensa, hubo una media de 31 días cálidos
al año durante el periodo entre 1967 y 1996.
Las
altas temperaturas son particularmente perjudiciales
cuando se producen durante varios días consecutivos.
En 1994 hubo 74 días de temperaturas tropicales
y, sólo en el mes de agosto de ese año,
en 23 días se registraron temperaturas altas
y, de ellos, 15 días superaron los 33ºC.
Durante estos días calurosos la temperatura del
suelo a 5 cm de profundidad era de 4-5ºC más
alta que la del aire, al tiempo que la humedad relativa
ambiental estaba por debajo del 30% (Dragovic 1997).
En
Rumanía, Wehry et al (1997) realizaron unos cálculos
para el período de 7 años de sequía
(1990-1997) en la zona de Timisoara, aplicando diferentes
indicadores de aridez o de sequía (PAI, IHC,
IC), que se utilizan en Hungría y Rumanía
para los periodos de sequía. De los 7 años
estudiados, 4 años fueron secos, lo que significa
que una zona que antes se caracterizaba por ser húmeda,
ahora tiene periodos en los que las condiciones climáticas
son casi de aridez y el riego se hace indispensable.
En
Croacia, Sostaric et al. (1997) también llegaron
a la conclusión de que, después de 1981,
los años de sequía han sido más
frecuentes, con una media de 643 mm de precipitación
total anual, y también que, durante los meses
de crecimiento vegetativo, las lluvias se han reducido
de 377 mm, en el periodo 1973-1992, hasta 358 mm, de
media, entre 1981 y 1992.
En
el Apéndice 2 figura un glosario de los indicadores
que se utilizan para expresar situaciones de sequedad
y/o de sequía.
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